jueves, 5 de agosto de 2010

DE POR QUÉ COMPRO DISCOS

Por los conflictos que aún tengo con mi economía, no he tenido la oportunidad de comprar un CD nuevo, lo mínimo fue uno de Alberto Cortez que hallé en los saldos de una tienda.

Como les comenté en el texto de ayer, tengo cierta renuencia a comprar un reproductor digital, tan en boga en estos tiempos.

Precisamente me acordé de la demanda que los integrantes del grupo británico Pink Floyd promovieron contra EMI por fraccionar su música para la venta, el argumento: que una canción de ellos no se puede fraccionar porque la aparta de las demás, como en el caso de "The Wall", que es un disco conceptual entrelazado -eso por no mecionar tres álbumes de The Beatles, uno de Jethro Tull y algunos que he oído de hip hop.

Citado lo anterior, les comento que cuando compro un disco:
1.-Compro diseño y arte.- desde inicios de la década de los cincuenta, fotógrafos y componedores crean una tapa con la foto del artista en ella, a partir de 1966, se integró el concepto visual a la portada y eso hace más atractivo el producto.

2.-Compro información.- Al menos a mí me sirve las fichas técnicas de los discos a la hora de reseñar una producción.

3.-Por las letras de las canciones.- alguna vez leí, que Los Beatles se pelearon con su disquera por la pretensión de incluír las letras del "Sgt. Pepper's Lonely Heart Club Band", por las supuestas pérdidas en la venta de música pautada. Pero como pueden ver, ganaron y lograron lo que nunca en sus conciertos: que la gente cantara sus canciones con ellos, aunque sea en el disco.

4.-y como dijera Rogelio Garza en una revista, más o menos así: La incomparable sensación de desprenderle en celofán.

miércoles, 4 de agosto de 2010

ARDE DISCO ARDE

Hace más de diez años aprendí, cuando trabajaba en una casa disquera de la localidad, a manejar los programas de edición, grabación y quemado de discos compactos, me pagaban por eso y debo decir que en ese tiempo tuve esa suerte, porque en algunas escuelas privadas cobraban como tres mil pesos por aprender a utilizar el Cool Edit Pro. Y yo aprendí dos más; Sound Forge y Audiolab.

Ha pasado el tiempo y la tecnología no descansa y en ese afán hedonista, se han desarrolado nuevas aplicaciones que hacen estos trabajos de producción que en lo análogo, te podías tardar la mitad de un día.

Cuando usé un quemador, sólo admitía los archivos de onda. Ahora a partir de archivos comprimidos como el MP3 y el WMA, se puede hacer un disco en formato CD Audio, es decir, para escucharlo en un reproductor compacto convencional.

Sinceramente, no le veo caso a juntar más de cien canciones en un sólo disco o en una memoria USB. prefiero tener todo por álbum, pero de eso hablaré en la próxima entrega.

Por lo pronto estoy como infante en dulcería, indagando por música para poner a girar.