El pasado viernes, aprovechando que me dieron un aventón cerca de plaza Tres Arcos, me di tiempo para ir a visitar una tienda de discos.
Ya tenía en mente comprar un disco que tenía pero en un cambio de muebles se me rompió. Visitando otras tiendas no lo hallé, ni siquiera de segunda mano; pero ese día y en esa discoteca, buscando en la letra G, encontré lo que tanto anhelaba:
El primer álbum de Gorillaz.
Sí. Este proyecto híbrido creado por el músico, compositor y cantante Damon Albarn (Blur) y el dibujante de historietas Jamie Hewitt (Tank Girl).
Este grupo virtual es conformado por 2D en la voz, Murdoc en el bajo, Russel en la batería y una niña Japonesita llamada Nodles que toca la guitarra.
Damon Albarn lidera la parte musical, de hecho, está detrás de la voz de 2D. No o
bstante, sólo su nombre aparece como las voces de fondo en "Latin Simone (¿Qué Pasa Contigo)" aunque emplea mucho el multitrack con excelentes resultados. Tina Franz (Talk
ing Heads) se encarga del bajo. Dan Nakamura contribuye con los scratchs y la programación, hay más colaboradores.
Es un disco muy ecléctico: va desde una canción en 5 octavos -"5/4"-, Una visión muy particular de trip-hop -"Sound Check (Gravity)" y "New Genious"-, un homenaje a Pixies -M1-A1-, Algo de electro -Man Research-, La versión en español de "Latin Simone", con Ibrahim Ferrer es un viaje al tiempo con un son montuno más lento.
Alguna vez Damon Albarn dijo que a través de Gorillaz pudo tocar música que nada tenía qué ver con el concepto Blur, además de que le permitía ser espectador de ese grupo virtual.
Por cierto, ellos sí hicieron giras, pantallas proyectando a los cuatro integrantes del grupo, pero con músicos y cantantes entre bastidores.
Hace once años inició este proyecto que tiene una identidad propia. "Clint Eatwood" ya es la canción de la primera década de este siglo. A lo mejor no he seguido los álbumes que le siguieron, pero hay que reconocer que es la bienvenida a una nueva forma de crear.